sábado, 17 de abril de 2010

"La muerte es alguien que corre a medianoche"


En el cáncer de nuestra pasión me dijiste:
_ "La muerte es alguien que corre a medianoche".

El cielo se desplomó como el anuncio de un suicidio íntimo.

Los ecos del pasado rompieron los corazones de quienes aún no habían nacido, y mientras, la noria silenciosamente comenzó a ir más lento, hasta detenerse.

Te besé en la cumbre del remolino y te pregunté si querías acompañarme en una rápida caída, pero me hiciste ver que mi boleto no era para dos. Cabalgué solo.
Dijiste:
_ "Las cenizas están cayendo como nieve".

Extraños, corrimos desaforados por las calles y grabamos nuestros nombres en la carne de la ciudad.

Todavía estamos acostados bajo el vacío y lentamente, a la deriva, partimos hacia afuera, y en algún lugar del yermo encontramos la salvación raspada en la Tierra como un mensaje.

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