(...)Dejo para el final el resultado obvio de haber bebido en la fuentes vulgares de la verdad: nunca seremos mas jóvenes que hoy; jamás volveremos a ver a nuestros muertos; el tiempo no retrocede; el amor perfecto no existe; hay un verso que está siempre a punto de revelársenos y que no escribiremos nunca. Para los hombres de verdad, este no es el final de sus sueños, sino más bien el principio.
Alejandro Dolina "El libro del Fantasma".
lunes, 8 de marzo de 2010
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